RESPIRAR PARA RE-VIVIR.

MI HISTORIA REAL DE SANACIÓN A TRAVÉS DEL TRAUMA

¿Alguna vez sentiste que la vida se detenía? ¿Qué respirar dolía, que el cuerpo se congelaba y que todo tu mundo interior se venía abajo?

Esta es mi historia real de sanación: un viaje desde el trauma y la desconexión hasta la reconexión profunda conmigo misma, gracias a una práctica tan simple y poderosa como lo es la respiración consciente. Aquí te comparto cómo el trabajo con el sistema nervioso, la respiración terapéutica y el acompañamiento emocional me ayudaron a volver a la vida. Si estás atravesando un momento difícil, este texto es para ti.

Cuando todo colapsa

Hay momentos en la vida en los que sentimos que no podemos más. Que el aire no alcanza, que el cuerpo se congela, que la mente se desborda. Este fue mi tránsito por “la noche oscura del alma”.

Tras la ruptura de relaciones personales significativas para mí, donde sin duda hubo responsabilidades compartidas, me sentí profundamente traicionada. Me vi injustamente juzgada, desvalorizada, criticada, señalada y menospreciada. Esta experiencia me dejó destrozada.

Al principio no comprendía cómo mi sistema nervioso había reaccionado para “protegerme y mantenerme en vida” frente a ataques emocionales tan intensos.

Trataba de no pensar en el asunto, incluso me obligué a olvidarlo. Pero justo en ese momento de total “inconsciencia” perdí una gran suma de dinero. Fue el golpe final y la vida me pasó la factura.

Mi cuerpo se congeló. Me despertaba cada mañana mirando el techo y “no me sentía”, estaba totalmente desconectada.

Mi sistema nervioso permanecía atrapado en modo de supervivencia y no lograba volver a regularse. Me sentía en peligro constantemente, el miedo era mi compañero de todos los días. Un miedo profundo, una desconfianza hacia el entorno y las personas. Me aislé.

Y como era de esperarse vinieron las crisis de llantos, de angustia y desesperación. El trauma había elevado los niveles de estrés, tocando heridas antiguas que aún no habían sanado.

Respirar para volver a sentir

Después de un tiempo sin mejorías y de total estancamiento, decidí abrirme y contarle todo a mi maestro de meditación: lo que había pasado, como me encontraba en ese momento y como me sentía. A pesar de mi resistencia interna, me cuestionaba cómo podía haberme sucedido algo tan catastrófico siendo yo una persona dedicada a la sanación, a la meditación.

Eran juegos de la mente, negaciones internas, mecanismos de autoexigencia que empeoraban lo que ya estaba destrozado.

Fue gracias a mi maestro que entendí algo esencial: como las prácticas meditativas a veces pueden abrir procesos profundos de purificación del karma.  Me sentí, por fin, simplemente humana. Vulnerable.

Me sugirió prácticas diferentes, adaptadas a mi situación energética para recuperar mi equilibrio antes de volver a meditar. Mi sistema nervioso estaba tan alterado que el maestro me recetó ejercicios específicos de respiración por al menos dos años.

Y así comencé. No lo niego, al principio fue un esfuerzo enorme. Pero, gracias a estas prácticas, poco a poco, comencé a recuperar mi centro, a reconectarme con la vida y sobre todo a procesar con mi terapeuta todo lo ocurrido.

La técnica que me salvó

La respiración fue mi medicina para regresar a la vida. Respiramos sin darnos cuenta, porque es un acto automático. Pero el respiro es mucho más que eso: es nuestra conexión con nosotros mismos y con el mundo. No introducimos en nuestro cuerpo solo el aire, respiramos PRANA, esta fuerza invisible que sostiene la vida (Chi para los taoístas – Lung para los budistas).

Cuando nacemos, lo primero que hacemos para entrar en conexión con esta realidad es INHALAR y cuando morimos, lo último que hacemos es EXHALAR.

Cuando nos pasa algo que trastoca nuestra alma, algo fuerte que derrumba todos nuestros pilares internos, hablamos de trauma.

Pero el trauma no es el evento o los eventos en sí, sino como nuestro sistema responde a ellos.

Hoy no me culpo por haberme “congelado”. Fue la respuesta automática e instintiva de mi sistema nervioso para mantenerme viva. Lo que realmente me hundió fue quedarme atrapada en este estado de supervivencia durante demasiado tiempo. Un nivel de estrés que no se puede sostener, al final todo colapsa.

Una práctica para toda la vida

La técnica de respiración que practico se basa en liberar los canales energéticos derecho e izquierdo (Pingala e Ida según el budismo) y el canal central. Consiste en respiraciones pausadas, con inhalación, retención (con contracción del diafragma, se conocen como BANDAS) y exhalación.

Estas respiraciones activan el nervio vago ventral, responsable de nuestra percepción de seguridad, conexión con el ambiente y la calma. La técnica va acompañada por afirmaciones y visualizaciones muy potentes que ayudan a reprogramar el inconsciente.

Tras una semana de práctica, noté el primer cambio: una mañana al despertar ese techo blanco ya no me pareció un abismo. Me levanté con ganas. Volvió la claridad mental, reconecté con mi cuerpo. Con los días experimenté otra vez la sensación de seguridad y confianza. Comenzaba a restablecerse mi sistema nervioso.

Al momento de escribir este artículo, llevo 15 meses practicando y no pienso dejarlo. Esta herramienta se ha vuelto tan necesaria para mí como lo es comer. Es parte de mi estilo de vida.

Práctica para todos

No necesitas aprender técnicas complicadas. Solo necesitas detenerte un momento… y respirar.

Como has podido leer, he pasado por momentos muy difíciles y gracias a ellos hoy estoy aquí compartiendo contigo mi experiencia.

Todos podemos caer, todos podemos sentirnos perdidos, pero también todos podemos rescatarnos. Solo hay que desearlo de verdad y sí, hacer un esfuerzo.

Yo por mi parte estoy contigo, lista para ayudarte a volver a la vida.

————————————

Una vez que volví a habitar mi cuerpo y reconectarme con la vida gracias a la respiración pránica consciente, pude volver a practicar muchas de las herramientas de autosanación que me han acompañado durante años. Entre ellas, el trabajo con cristales de cuarzo fue clave para restablecer mi sistema energético y empezar a mirar lo ocurrido desde otra perspectiva. 

Pero esa… es otra historia que pronto compartiré contigo.

¡Permanece atent@!

“El Hombre que se levanta aún es más grande que él que no ha caído”. (Chuang Tzu)

Renací a través del prana.
Si estás lista para encender tu fuego interior, te abrazo en este camino.

Escríbeme a mi correo o por WhatsApp.

Categoría: Respiración consciente
depresión y reconexiónrespiración conscientesistema nervioso y emocionestrauma y sanación

Comparte este artículo:

Facebook
X
WhatsApp